jueves, 18 de diciembre de 2008

Milgram 4

Variaciones.
Durante más de dos décadas, hasta principios de los ochenta, tanto Milgram como otros investigadores realizaron diversos experimentos en varios países, introduciendo variaciones en algunos de ellos para tratar de dilucidar cuáles son los factores que determinan una mayor o menor obediencia.
En uno de ellos se vio que cuanto más alejado estaba el alumno del maestro mayor era el índice de obediencia. Cuando los participantes no escuchaban la voz del alumno, sino que solamente podían escuchar sus golpes en la pared a los 300 voltios, la obediencia fue del 65 %. Cuando el alumno se hallaba en la misma habitación que el sujeto, quien podía verlo y oírlo, la obediencia fue del 40 %. Y cuando el maestro (adecuadamente "protegido") tenía que apretar la mano del alumno contra una placa para que recibiera la descarga, el 30 % llegó al nivel máximo de descarga. En todos los casos son niveles altos, sobre todo teniendo en cuenta que la predicción había sido una obediencia nula y que se trataba de torturar a otra persona.
Cuando el participante recibe apoyo de un compañero que se niega a que el experimento continúe, la obediencia decae al 10%, mientras que si ese compañero apoya al experimentador, la obediencia asciende más que nunca: el 93% de los sujetos llega hasta los 450 voltios.
Muchos participantes llegaron incluso a obedecer a una autoridad "inmoral" en una investigación en la que la víctima no daba su acuerdo a no ser que el experimentador prometiera poner fin al estudio si se lo pedía. Cuando el experimentador rompía su promesa y seguía instando al participante a que obedeciera, el índice de obediencia fue del 40 %.
En cambio, cuando el experimentador abandona la sala y deja a cargo a una persona que el maestro considera su igual, la obediencia desciende al 20 %, y es nula cuando dos experimentadores dan órdenes opuestas.
Los niveles de obediencia siguen siendo los mismo aunque sea otro experimentador el que recibe las descargas, y al comparar los niveles de obediencia entre hombres y mujeres no se han encontrado diferencias entre sexos.
En otro experimento, Milgram trasladó el laboratorio a un lugar menos prestigioso e impresionante que la universidad de Yale: unas oficinas en un edificio de una ciudad cercana. En este caso la obediencia disminuyó, pero aún así casi la mitad de los maestros siguieron las órdenes.

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